En una carta abierta, científicos, investigadores y estudiantes guatemaltecos solicitaron al gobierno que la contaminación del lago de Amatitlán sea evaluada con un grupo de expertos nacionales y que se frene la aplicación de la fórmula que se está utilizando para su resuperación. Más precisamente se trata de “un pronunciamiento concreto en donde todos han manifestado su preocupación de los efectos que tendrán los químicos”, según explicó el licenciado en Biología e investigador de Bioindicadores Acuáticos Oscar Sacahuí, quién aclaró que los científicos están preocupados “por los efectos y el daño que un proyecto de esta naturaleza pueda ocasionar”.
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El Amatitlán contiene altos niveles de contaminación, pero ya en 2012 expertos nacionales y extranjeros en conjunto con personal de la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca y del Lago de Amatitlán (AMSA) ofrecieron algunas puntualizaciones con el objetivo de rescatarlo.
Entre esos puntos estaba el hecho de la disminución de las cargas de sedimentos y nutrientes que entran por el Villalobos (el principal afluente) y el mejoramiento de las aguas residuales con plantas de tratamiento, entre otros. Pero como destacan en la carta “el panel de expertos nunca mencionó el uso de alguna fórmula biológica o química, ya que los daños ecológicos de estas aplicaciones son ampliamente conocidos”. Además, la carta asegura que para realizar este informe en años anteriores se tomó en consideración “que el tiempo de recuperación y restauración de lagos en el resto del mundo ha sido de décadas y no meses”.
En la carta abierta los científicos piden detener de forma inmediata la aplicación de la formula al lago Amatitlán ya que consideran que no ataca el problema principal de contaminación del mismo
Además de frenar la aplicación de la fórmula, el grupo de científicos propone conformar un comité independiente de AMSA para la recuperación del lago. Un grupo que esté formado por expertos nacionales, como investigadores de las distintas universidades o los que estuvieran dispuestos y registrados en la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología.
Por otro lado, la Fiscalía de Delitos Contra el Ambiente pidió a expertos de la Universidad de San Carlos y del Ministerio de Salud que realicen un análisis de la “sustancia mágica” que está siendo aplicada en el Amatitlán, con el objetivo de conocer si es o no dañina para la salud y el ecosistema.
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